Y aquí andamos, orgulloso a más no poder, con una alegría que colma y permite sentirse realizado. Pensé que nunca lo lograría, pero más allá de los momentos de crisis, al final llegó el día de ser Socio Vitalicio del Radio Club Argentino.
Agradezco el aguante, las consideraciones y lo mucho que me han ayudado para que, en los momentos más duros de estas décadas, no abandonara la institución. Gracias amigos.